03/07/2012. Martes. El día de hoy no pasará a la historia precisamente. Ha sido una jornada bastante tranquila, sin demasiadas reuniones y en la que hemos podido avanzar en nuestro trabajo. La Pescadería es un restaurante, como su nombre indica, especializado en pescados. Lo habíamos cerrado ya que la última vez que fuimos digamos que nos sentimos un poco estafados. Sucedió que habíamos pedido cada uno nuestro plato “fuerte” y, al comentarle al camarero que si sería suficiente o si era mejor pedir algo para el centro, nos aconsejó lo segundo. Y claro, pedimos lo que nos ofreció y la sorpresa llegó en la cuenta, cuando los platos más caros de todo lo que habíamos pedido eran precisamente los del centro. Así que estuvimos cerca de un mes sin ir a ese restaurante. Sin embargo, hoy teníamos ganas de comer algo de pescado y hemos decidido levantarle la condena a este establecimiento. Y esta vez hemos andado con ojo para que no nos sucediera lo mismo. Y no nos ha sucedido. A nivel gastronómico, me he decantado por un atún con costra de ajonjolí y unos camarones (gambas) al ajillo, que estaban muy buenas. No son las típicas gambas al ajillo que hacen en España, sino que son mucho más grandes (y en menor cantidad, claro).
De nuevo tras la comida ha caído una pequeña tormenta. Cabe decir que hoy ha hecho algo más de frío de lo normal, tanto es así que la camisa ha sido de manga larga. La tarde ha vuelto a ser fructífera a nivel de trabajo y hacia las 20:30h nos hemos ido para casa, previo paso por la lavandería para recoger la ropa. No teníamos muchas ganas de ir a cenar, pero al final nos hemos animado y hemos salido al restaurante. En el momento en que me ponían el pollo al ajillo que había pedido (y que me apetecía mucho), me he dado cuenta de que no había hecho ninguna foto en todo el día. He pensado que tenía que arreglarlo de alguna manera y así ha sido. Pollo y noche… La noche de México DF… La que se ve desde mi balcón… Buenas noches.
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